LAOS

Después de recoger a nuestra visita en Bangkok, nos dirigimos a la frontera de Tailandia (Chong Mek)  con Laos (Pakse) en un autobús nocturno. Como ya nos habían advertido, los policías de inmigración son muy aficionados a pedir propinas y a parte de la tasa del visado te quieren hacer pagar la propina. Cuando nuestros pasaportes estaban listos con el visado de Laos, el policía de la ventanilla nos decía que no nos daba los pasaportes si no le dábamos las propina, que el decía que era obligatoria, o sea, que no era una propina sino una tasa que él se había inventado. Después de hablarlo llegamos a un consenso y decidimos esperar a que nos diese los pasaportes sin el pago de esa propina. La espera no fue nada larga pero un poco tensa, duraría menos de una hora, el policía parecía enfadarse cada vez mas, pero en vista de que no teníamos prisa y que no iba a conseguir su propina nos devolvió los pasaportes, tras echarnos un par de broncas y poner malas caras.

Una de las cosas que nos sorprendió nada mas bajarnos de la sawngthaew (furgonetilla con bancos a los lados) que nos llevó a Pakse fue que en Laos había pan, vendían barras de pan! así que fue la primera compra que hicimos después de cambiar dinero.

Pakse es el punto de partida de una ruta, que normalmente se hace en moto, por la meseta de Bolaven. A nosotros nos habían comentado que de la ruta en moto lo más bonito de ver era Tadlo y allí nos fuimos sin moto, ésta la dejaríamos para la próxima.


TAD LO

Tadlo es un pueblito tranquilo, como todo Laos, con una cascada en el pueblo y varias en los alrededores.

Las aldeas de los alrededores están habitadas por los Alak y los Katu.


Una de las cascadas, se supone la más vistosa, pero no bajaba mucha agua por ser época seca y porque, según nos comentaron, arriba habían puesto una presa.

Los lugareños en temporada seca aprovechan las orillas del río para hacer terrazas nuevas y plantar nuevos cultivos, mientras los niñ@s se dan un chapuzón en el río o juegan en la huerta.



 A las tardes y a las mañanas, los laosianos se bañan en el río tapándose con los pareos típicos. Esto lo hemos visto hacer en otros lugares de Asia, como Myanmar.
VUELTA THA KHAEK
Desde Tha Khaek cogemos la moto para hacernos un loop que nos habían recomendado y que nos gustó mucho.
El primer dia de moto pusimos rumbo a Talang.
Este día descubrimos que hay que tener cuidado con qué tipo de sopa te pides, porque aunque aquí no haya mar les gusta mucho la sopa de sabor a marisco y nuestro paladar no está acostumbrado a ese sabor, que la verdad, no se parece en nada a una sopa de marisco de allí.
Xabi ya se ha convertido en un auténtico motero, se está pensando comprar una moto y dejarse de bici y de meterse palizas andando.

Como la zona es kárstica el camino está lleno de cuevas. Entramos en una que no había que pagar, qué sorpresa!, porque en Laos se paga entrada para todo. Dicen que quien descubre la cueva se pone en la entrada y cobra por entrar en ella, así que se supone que el dinero se lo quedará la familia del descubridor de la cueva, aunque no sé si siempre será así.
Llegando a Talang descubrimos un nuevo paisaje con troncos que salen del lago o pantano.

El segundo día de ruta, nos tocó una mala carretera, en obras, con mucho polvo... La moto se nos quedó sin gasolina y menos mal que llevábamos dos motos y a una le duró la gasolina hasta el primer puesto en el que una señora vendía gasolina en botella y pudimos seguir adelante.


Visitamos la cueva de Konglor, según nos dijeron la mejor de Laos. Te llevaban en barca por dentro de la cueva y en una parte hicimos una parada para ver estalagmitas y estalactitas. Luego salíamos por el otro lado de la cueva donde había un pueblo que fuimos a visitar. Después de la visita aprovechamos a darnos un chapuzón en la entrada de la cueva que nos renovó.


Después de cuatro días de ruta dejamos las motos en Tha Khaek y cogemos un autobús nocturno a Vientiane.
VIENTIANE
Capital de Laos, que no tiene nada, pero como vamos a entrar por tierra al norte de Tailandia en diciembre y vamos a estar más de 14 días, pues tenemos que sacarnos el visado de Tailandia.
Lo mejor de esta ciudad los bocatas laosianos del mercado local.
El arco de triunfo de Patuxai. Fue construido con el cemento que donó Estados Unidos para la construcción de un nuevo aeropuerto. Hay que tener en cuenta que los estadounidenses bombardearon intensamente el Este de Laos durante la guerra con Vietnam, se le llama la guerra secreta.
VANG VIENG
Hace unos años esta población se empezó a conocer a nivel internacional por el tubing. La práctica de esta actividad hizo emerger gran cantidad de bares alrededor del río. La actividad consiste en ir bajando por el río montado en un neumático negro y para darle más vidilla la gente se para por los bares que están en las orillas para tajarse. Esto causó varias muertes, ya que aunque el río es muy tranquilo, la gente iba tan borracha que se ahogaba. Una de las personas que se ahogó debía pertenecer a una familia de gente pudiente con influencias y consiguieron que cerraran todos los bares de la zona y dejaran de ofertar la actividad. Ahora se ha vuelto a realizar tubing, pero la verdad es que no se ve nada de desfase y la actividad, por lo que vimos, tiene pinta de ser algo bastante soso.
Los alrededores de Vang Vieng son también kársticos y merece la pena visitarlos. Nosotros cogimos una bici de paseo que nos dejó el culo fino.
Estas casetillas las suelen construir en los campos de arroz como zonas de descanso de los trabajadores, aunque también sirven para descansar de la bici a la sombrita.
Una pequeña cueva que encontramos en el camino.
 El río es el centro de la vida en Vang Vieng.
LUANG PRABANG
Luang Prabang nos decepciono, ya que la zona central conserva poco del espíritu lao y mucho de aire francés. Las construcciones de la zona antigua, no son antiguas sino nuevas y están basadas en una arquitectura francesa. El mercado nocturno es sólo para guiris. En el único sitio que ves auténtico Laos es en los wats.
Si no quieres dar una buena vuelta tienes que pasar por este puente que es para transporte rodado, pero a los lados tiene un estrechito carril para personas. Ainara lo pasó un poco mal al pasarlo, porque le entró un poco de vértigo, porque el suelo era de maderas separadas y se veía el río, pero después de pasarlo tres o cuatro veces hasta gusta.
Este es uno de los puentes de bambú que construyen en la época seca para pasar y no tener que dar tanta vuelta. En la época de lluvias parece que se destruye y piden dinero para volverlo a hacer cada año.
Los obreros que están construyendo este nuevo wat, parece que no están nada preocupados de estar en el tejado sin asegurarse a nada.
Los monjitos no paran de estudiar. Hacen bien.
Esta ciudad también está repleta de wats.
Atardecer en el río Nam Khan.
DE NONG KHIAW A MUANG NGOI
Nong Khiaw, situado a orillas del río Nam Ou y rodeado de montañas Kársticas, es un pueblito desde donde cogemos un barco para ir a Muang Ngoi.

Los habitantes de este pueblo recogen algas del río para vender luego en el mercado.

Muang Ngoi es otro tranquilo pueblecito de Laos. Se cumple la regla de Laos, tranquilidad absoluta, mercados locales, montañas kársticas, cascadas y cuevas.

Las algas que recogen. Parece que las tiñen, pero son naturales. Hacen una especie de pasta con ellas y la dejan secar al sol.
Aquí para las cinco de la mañana ya te han montado un mercado en la puerta de la guest house y no puedes dormir más.
 Guindillas y algodón de la zona.
Los últimos días los pasamos en la zona de Luang Namtha, pero estuvo lloviendo los cuatro días que estuvimos y no pudimos visitar los pueblos étnicos que teníamos pensado.
CURIOSIDADES
Es una costumbre muy extendida en Laos el dormirse en todos ¨laos¨ y a todas horas. Da igual que estés en el negocio y tengas que trabajar, el primer cliente que venga ya te despertará o no te despierta y se va a otro lugar, pero eso tampoco importa con tal de echar una cabezadita.
Los animales aprenden rápido y hacen lo mismo que sus amos y también tienen problemas de identidad, ya no saben si son cerdos o perros.
El alimento que más nos llamó la atención en Laos, después de las barras de pan, fue el sticky rice. Un arroz pegajoso, que se coge con las manos, se hace una bola con él y a comer. Es soso, pero siempre se mezcla con otra comida, es como para nosotros el pan.


Como conclusión, Laos es tan tranquilo que a veces resulta un poco aburrido, los paisajes son espectaculares y el país entero es muy rural. Se nota mucho que es un país comunista aunque fastidia ver que hay una gran cantidad de mansiones bien guardadas con grandes verjas. La gente es amable pero distante, lo mejor, los niños pequeños, en este país a los niños un poco mayorcitos les encanta jugar a la guerra y no dudan en apuntarte y amenazarte con una pistola de juguete o con el machete. 

1 comentario:

  1. Espléndidas fotos. A este tamaño se "viaja" mejor. Ah! y muy gracioso lo del problema de identidad ke tienen los animales, ja, ja.

    zure osaba

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